sábado, 7 de julio de 2012

Reseña histórica de la familia Veli: materos de Cochas Chico







Fotografías (de arriba-abajo):
1. Martín Veli Cabrera en Lima. Década 1960. Fotografía Archivo Familia Veli Velásquez. 2. Pedro Veli Alfaro, Paulina Velásquez Canchumuni y familia en el taller de Cochas Chico, Huancayo. Fuente: http://mariofloreszumaeta.blogspot.com.es/2011/02/mate-burilado-peru.html 3. Wilfredo Veli Velásquez en la exposición venta de arte tradicional Ruraq Maki. 2008. Fuente: http://artetradicionalperuano.blogspot.com.es/2008/08/blog-post.html 4. Detalle de mate con representación del huaylarsh. Calabaza burilada, quemada y desbastada. Familia Veli. 2003-2005. Cochas Chico, Huancayo (Junín). 5. Detalle de mate con escena campesina. Calabaza burilada y fondo negro. Fuente: http://www.coshart.zobyhost.com/ 6. Mates escultóricos: búhos y pájaros. Calabaza burilada y quemada. Fuente: http://www.coshart.zobyhost.com/


Por Wilfredo Veli Velásquez


Desde sus inicios las familias de materos estuvieron enlazadas por vínculos de parentesco. Hablar de una de las familias es remontarse a los orígenes de los pueblos de COCHAS GRANDE y COCHAS CHICO.

En esta oportunidad mencionamos a don Felipe Alfaro Medina (1867 – 1944) y doña Sebastiana Canchumani Cáceres (1860 – 1931). Son la primera referencia que tenemos aludida en muchas oportunidades por su hija Juliana de quienes aprendió el arte del burilado. Radicaron en el paraje de Chaquicocha, sector alto de Cochas Grande lugar donde se desarrolló toda su producción artesanal, junto al rebaño de ovejas, las labores agrícolas y rodeado de hermosos paisajes de quishuar, alisos y kantutas, detenidos únicamente por los viajes a Huachicna como arriero y cargados las acémilas de productos como: chuño, caya, chulli, charqui, machka y panes que servirían para el trueque con frutas, coca, gallinas, aguardiente y los mates. Salían de Cochas hacia Acopalca cruzando el nevado de Huaytapallana por Yuraccyacu, bajando hasta Pariahuanca donde comienza el calor, luego Panti, Occoro, Matibamba, Huachicna, Salcahuasi, Mayocc y Churcampa, pueblos a orillas del rio Mantaro pertenecientes a los departamentos de Junín, Huancavelica y Ayacucho. Es muy posible que tuvieron contactos con buriladores de esa zona.

Los temas son elaborados en técnicas del fondo negro y el quemado representando: la peregrinación a Sapallanga, la batalla de Marcavalle y Pucara, la invasión Chilena, la majtada de Cáceres, el convento de Ocopa, la evangelización de la selva central, la peste, la hambruna, los arrieros, el Apu inca y la coya, la capitanía, los chunchos, el pagapu en Warihuillca, trabajos comunales y paisajes.

Juliana Alfaro Canchumani (1907 – 1992) se casa con Martín Veli Cabrera (1910 – 1976) hijo de Valentín Veli (1878 – 1956) y Eustaquia Cabrera (1880 – 1952). Los descendientes deciden trasladarse al paraje de Escalera sector alto de Cochas Chico de allí llevan los mates a la feria dominical de la calle Real en Huancayo. La nueva familia continua con la tradición de viajar a Huachicna hasta que en un tiempo una plaga de insectos destruyó el sembrío de mate, mientras que la demanda crecía a un ritmo acelerado y lo poco que se traían no abastecía el mercado razón por la cual se busca otros lugares de producción de la materia prima llegando hasta Chincha y Chiclayo.

A mediados del siglo XX se hace marcada la diferencia entre los estilos artísticos de la familia de materos. En aquel tiempo el trabajo del quemado era casi exclusividad de las mujeres por estar cerca de la cocina, actualmente las mujeres de la familia han demostrado una gran destreza para el burilado.

Martín Veli y Juliana Alfaro tuvieron cuatro hijos: Paulina, Leoncio, Pedro, y Felipa, quienes en su niñez lo pasaron entre la escuela y el burilado de los mates. Los hijos participan activamente en la producción elaborando en cantidades apreciables, motivo que es aprovechado para participar en más ferias como la de Concepción y Jauja, llegando inclusive a la Oroya en tiempos de la Peruvian Cooper Corporation y venden sus mates a los extranjeros. Todo el viaje se hacía a pie y los mates iban cargados sobre el burro.

El contenido de las obras y aporte de esta generación son: el huaylarsh, la chonguinada, la negrería, el jala pato, los carachaquis, el cortamonte, la trilla, los danzantes de tijeras, el matrimonio tradicional, la safacasa, el curandero, la tapada, la siembra, el cultivo, la cosecha, la esquila, el uyai, los tejedores, las bordadoras, la pachamanca, el convite del 28 de julio, la banda de guerra, las orquestas, la toma de haciendas, cuentos y leyendas, el terremoto, la fiesta patronal del 12 de mayo, día de las armas, los carnavales.

En la década de los 60 Martín Veli viaja a Lima exponiendo y participando en eventos culturales donde los mates tienen más demanda, tiempo en que reciben el apoyo del CUERPO DE PAZ participando en sus talleres de capacitación.

Los hijos, Leoncio Veli Alfaro (1937) y Pedro Veli Alfaro (1943), se convierten en los dignos representantes de la familia participando en eventos, exposiciones y concursos.

Leoncio Veli se casa con Griselda Seguil (1951) hija de Juan Seguil, un reconocido tejedor. Fijan su residencia en la parte baja de Cochas Chico. Leoncio acompaña a sus padres a la feria dominical y la venta de sus primeros trabajos lo animó a valorar el arte de sus manos y algunas de sus creaciones llamaron la atención de los importadores extranjeros, además con la llegada de los promotores del CUERPO DE PAZ, incluye escenas alusivas que lo llevaron a exponer su arte durante una temporada en los Estados Unidos. Actualmente burila temas tradicionales y sobre la realidad nacional de estilo y acabado netamente artístico, sus hijos (Celedonio, faustina, Bertha y Nilda) continúan burilando con estilo propio; los nietos ya se hicieron merecedores de premios y reconocimientos en concursos organizados por la Municipalidad Provincial de Huancayo.

Paulina Veli Alfaro (1933) estuvo desde pequeña ligada al trabajo artesanal, dedicándose al quemado de las piezas de sus padres y hermanos, quienes burilaban. Esta actividad le ha ocasionado problemas en su visión, imposibilitándola de continuar trabajando. La dedicación y cuidado hacia su madre Juliana hasta sus últimos días la ocuparon, quedando soltera y vive en Cochas Alto.

Felipa Veli Alfaro (1949) se casa con Honorato Seguil (1945 – 1989), hijo de tejedores. Residen en Cochas Chico cerca de sus hermanos. Sus hijos: Teodolinda, Hermelinda, Santos, Rosalinda, Vidal, Dina, Froelan y Victoria se especializan en trabajos de estilos modernos y típicos y que se puedan producir en cantidad y los nietos están en proceso de aprendizaje.

Pedro Veli Alfaro (1943) se casa con Paulina Velásquez Canchumuni (1947), hija de Eusebio Velásquez Ubaldo (1908 – 1979) y Juliana Canchumuni Alanya (1913 – 1998), familia reconocida de tejedores. Actualmente viven en Cochas Chico sector bajo recibiendo a muchos turistas en su taller y museo familiar. Sus hijos Claudia, Lidia, Rodrigo, Wilfredo, Alicia, e Isaias, se dedican con exclusividad a la producción artesanal.

El año 1977 Pedro Veli es invitado por un coleccionista privado a una gira por diez ciudades de los Estados Unidos, realizando demostraciones de las técnicas ancestrales en el burilado.

Claudia Veli de Pérez (1966) elabora finos trabajos con motivos tradicionales, históricos y selvas al puro estilo de los Veli.

Lidia Veli de Medina (1968) vende mates finos, semi finos, corrientes y rústicos, al por mayor y menor en la feria dominical de la avenida Huancavelica.

Rodrigo Veli y su esposa Edelmira Chero, hija de ceramistas del norte exactamente de la Encantada (Chulucanas – Piura), fusionan los mates con diseños del arte Vicús. Rodrigo demostró su arte en Chile, actualmente vive en Lima dando continuidad a la tradición matera con técnicas de fondo negro y fondo blanco.

Wilfredo Veli Velásquez (1973) es el encargado de promocionar y exportar los trabajos de la familia a través de la empresa familiar COSHART SAC. Sin dejar de lado la herencia cultural hoy elabora trabajos artísticos de colección, siendo premiado en un concurso de artesanos organizado por la municipalidad de El Tambo – Huancayo.

Alicia Veli de Porras (1977) merecedora de un reconocimiento en la ciudad de Santiago (Chile) dedica todo su tiempo al burilado, realizando obras de tendencia utilitaria y técnicas del teñido a colores.

Isaías Veli y su esposa Ida Martínez, hija de tejedores, son los diseñadores de la familia, logrando abrirse paso a través de nuevos procesos productivos y técnicas decorativas, inspirados en los bordados Wankas, estilos étnicos y contemporáneos, además de ser alfarero.

Los nietos destacados son:
Rosmery Pérez Veli el 2001 a sus diez años ganó el primer puesto en el encuentro de niños artesanos del Valle del Mantaro organizado por la Dircetur y la Universidad Nacional del Centro del Perú.

Karina y Noe Pérez Veli de 6 y 4 años recibieron premio en el concurso del niño artesano organizado por la Municipalidad Provincial de Huancayo el año 2005.

Areli Porras Veli con sus escasos 4 años se hace merecedora de una mención honrosa en el concurso del niño artesano el año 2006, publicado en el diario “El Comercio”.

Leoncio Veli y Pedro Veli reciben de la DIRCETUR – JUNIN el año de 1999 un reconocimiento como maestros regionales por su trayectoria y defensa de la cultura popular.

El año 2002 se realizó una exposición de las obras de 5 generaciones de artesanos en el Museo Nacional de la Cultura Peruana. Es importante mencionar a los buriladores de la rama materna de los Veli, nos referimos a los hermanos Alanya Velásquez (Esperanza, Maria, Lucio, Cesareo, Teofila, Julio, Guillermina y Carmen Alanya Velásquez) nuevos valores que aprendieron a burilar en el taller de su tío y maestro, Pedro Veli. Ellos elaboran mates de acabados muy finos llamados así por la delicadeza y minuciosidad de las figuras que adornan el mate. Ganaron premios y los primeros puestos en concursos regionales y nacionales, destacando el premio otorgado por la Asociación Inti Raymi a Cesareo Alanya, hoy en día en los Estados Unidos.

Lucio, Teofila, y Carmen son actualmente socios de la Casa del Artesano ubicado en la plaza de la Constitución -  Huancayo, donde venden sus mates muy cotizados.

Como podemos apreciar las técnicas y estilos artísticos se han enriquecido en Cochas Chico con una población total que bordea los cinco mil habitantes, el 85% se dedica al burilado, alcanzando un desarrollo económico que los diferencia de los pueblos vecinos. Hace veinte años o treinta años, más o menos, les decían Carchka Mate, ahora sucede lo contrario, los mates se convirtieron en fuente de ingreso y reconocimiento.

La familia nos hemos organizado en la Asociación de Artesanos Cochas Chico donde promovemos y generamos el desarrollo de capacidades productivas y artísticas con productos de calidad y valor agregado. Los descendientes se especializan, adoptando nuevas técnicas y van desarrollando temas que los distinguen, manteniendo vigentes creencias y tradiciones orales plasmadas en los ya famosos “Mates Burilados”.


(*) Publicado originalmente el 3 de junio de 2010 en: http://www.coshart.zobyhost.com/


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